Autores: Fabián Fabiano y Vicki Anderson
Este blog proporciona un resumen de un reciente estudiar publicado en BJSM, que investigó la fatiga posconmoción cerebral durante los primeros 3 meses después de la lesión y exploró los factores asociados con la fatiga persistente [1].
¿Por qué es este estudio importante?
La fatiga es uno de los síntomas persistentes más comunes y debilitantes después de una conmoción cerebral pediátrica. Es probable que todos los aspectos de la fatiga tengan impactos de amplio alcance en la vida diaria del niño, incluida una menor participación escolar, psicosocial y física, una menor función cognitiva, estado de ánimo y calidad de vida, y una mayor carga para los padres. [2-8]. Sin embargo, la fatiga pediátrica posconmoción cerebral aún no se ha investigado lo suficiente y la evaluación de la fatiga rara vez se incluye en el tratamiento o manejo clínico. Los pocos estudios que han evaluado la fatiga después de una conmoción cerebral pediátrica arrojan resultados inconsistentes y se ha prestado poca atención a las consecuencias sociales y de salud mental de la fatiga persistente.
¿Cómo fue el estudio sobre esto?
240 niños y adolescentes de 5 a 18 años (M = 11,64, DE = 3,16) completaron evaluaciones de fatiga y otros síntomas durante los primeros tres meses posteriores a la lesión. Representamos gráficamente la recuperación de la fatiga (dominios de fatiga general, cognitiva y de sueño/reposo) 1 semana, 1 mes y 3 meses después de la lesión. Luego exploramos los factores asociados con estos síntomas para las calificaciones de fatiga tanto de los padres como de los niños en cada momento. Estos incluyeron variables demográficas, síntomas de conmoción cerebral aguda y variables de salud mental y social de niños y padres.
¿Qué encontró el estudio?
Descubrimos que la fatiga de los niños disminuyó entre la etapa aguda posterior a la lesión y los tres meses. Tanto las calificaciones de los niños como de los padres mostraron las disminuciones significativas previstas a lo largo del tiempo en todos los dominios de fatiga y en la fatiga total, pero las calificaciones de los niños indicaron la mayor disminución de 1 a 4 días a un mes, mientras que las calificaciones de los padres indicaron una disminución principalmente de 1 a 3 meses. Esta discrepancia podría reflejar un retraso en las calificaciones de los padres, ya que pueden ocurrir disminuciones en la experiencia subjetiva de fatiga en el niño antes de que los padres lo noten. En apoyo de esta explicación, las calificaciones de fatiga de los niños también indicaron una mayor reducción de la fatiga que las calificaciones de los padres.
Tanto para las calificaciones de fatiga de los niños como de los padres, la salud mental del niño fue el factor más importante asociado con la fatiga en todos los momentos. Las variables de salud mental de niños y padres se asociaron significativamente con las calificaciones de fatiga tanto de niños como de padres en todos los momentos.
¿Cuáles son los puntos clave para llevar a casa?
Pocos han demostrado que, después de una conmoción cerebral pediátrica, la fatiga se resuelve o disminuye durante los primeros tres meses. Nuestros hallazgos resaltaron la importancia de considerar las medidas tanto de los niños como de los padres al evaluar la fatiga, ya que pueden mostrar diferencias en la tasa de recuperación de la fatiga. Los constructos psicosociales y de salud mental, como los problemas de conducta infantil y el estrés postraumático, se asociaron fuertemente con los síntomas de fatiga durante los primeros tres meses después de la lesión, al igual que la salud mental de los padres. Los vínculos entre la fatiga y los síntomas de salud mental infantil indican el papel fundamental de los exámenes de salud mental en el seguimiento clínico y el tratamiento de las conmociones cerebrales infantiles, y resalta la importancia de los enfoques multidisciplinarios para el tratamiento de las conmociones cerebrales con una estrecha colaboración entre profesionales de la salud, como pediatras y medicina deportiva. especialistas, psicólogos y fisioterapeutas. Reconocer el impacto potencial de los constructos psicosociales en los resultados de la fatiga también subraya la necesidad de una mayor educación del paciente y la familia sobre el papel de la salud mental en la recuperación.
Referencias
- Fabiano, F., et al., Recuperación de la fatiga y factores relacionados después de una conmoción cerebral pediátrica. Revista Británica de Medicina Deportiva, 2023: pág. bjsports-2023-106894.
- Wilkinson, J. y otros, Fatiga después de una lesión cerebral adquirida en niños y su impacto en los resultados funcionales: una revisión sistemática. Revisión de neuropsicología, 2018. 28(1): pág. 73-87.
- Gedaly-Duff, V., et al., Dolor, alteraciones del sueño y fatiga en niños con leucemia y sus padres: un estudio piloto. Foro de Enfermería Oncológica, 2006. 33(3): pág. 641-646.
- Gold, JI, et al., Dolor, fatiga y calidad de vida relacionada con la salud en niños y adolescentes con dolor crónico.Clin J Dolor, 2009. 25(5): pág. 407-12.
- Goretti, B., et al., La fatiga y sus relaciones con el funcionamiento cognitivo y la depresión en la esclerosis múltiple pediátrica: investigación clínica y de laboratorio. Revista de esclerosis múltiple, 2012. 18(3): pág. 329-34.
- Meeske, K., et al., Calidad de vida relacionada con la salud y fatiga informada por los padres en pacientes pediátricos diagnosticados con tumores cerebrales y leucemia linfoblástica aguda. Cáncer, 2004. 101(9): pág. 2116-2125.
- Ryan, director de LM y DL, Síndrome posconmoción cerebral. Int Rev Psiquiatría, 2003. 15(4): pág. 310-6.
- Gordijn, MS y col., Sueño, fatiga, depresión y calidad de vida en supervivientes de leucemia linfoblástica aguda infantil. Sangre y cáncer pediátricos, 2013. 60(3): pág. 479-485.