Otro desafío de la rehabilitación HSI es la incertidumbre con respecto a qué variables modificables, si las hay, están asociadas con el riesgo de volver a lesionarse cuando se evalúan en RTS. Se han observado deficiencias en la estructura y función de los músculos isquiotibiales en el momento de la RTS o incluso más tarde después de la HSI, pero actualmente poca evidencia aborda si estas variables están asociadas con una nueva lesión. Cuando se midió en RTS, el riesgo de volver a lesionarse aumentó con mayores déficits entre las extremidades en el ROM activo de extensión de rodilla y la fuerza isométrica de los isquiotibiales pero no se vio alterado por los déficits residuales en las resonancias magnéticas o Fuerza isocinética. Estos resultados se limitaron a tamaños de muestra relativamente pequeños, lo que destaca la necesidad de realizar estudios en múltiples sitios y utilizar un conjunto estándar de evaluaciones de RTS durante varios años para identificar las variables asociadas con el riesgo de volver a lesionarse.
Hasta que se lleve a cabo esta investigación, los profesionales deben ser conscientes de la evidencia limitada disponible y emplear un enfoque pragmático y heurístico que considere la necesidad de que los atletas puedan (1) superar los niveles previos a la lesión (si existen estos datos) en variables que se consideran factores contribuir a la lesión inicial (p. ej., longitud del fascículo de la cabeza larga del bíceps femoral), (2) permitir la resolución de la asimetría entre las extremidades que surge en respuesta a la patología (p. ej., asimetría de fuerza y amplitud de movimiento), y (3 ) garantizar una exposición suficiente a las variables clave requeridas para maximizar el rendimiento en RTS (p. ej., correr a alta velocidad). Aunque falta un consenso claro relacionado con RTS, la resolución del dolor, la simetría (<10%–15% de asimetría) con ROM y pruebas de fuerza, la finalización del rendimiento en el campo y las pruebas funcionales, y la preparación psicológica confirmada son las variables más pragmáticas para profesionales a tener en cuenta. Además, está ampliamente aceptado que el proceso de RTS debe involucrar la toma de decisiones compartida entre el jugador, el personal médico del equipo (médicos, entrenadores atléticos, fisioterapeutas) y el personal de fuerza y rendimiento.