Un estudio reciente tuvo como objetivo delinear recomendaciones basadas en evidencia para la recuperación de la función de los músculos isquiotibiales después de la reconstrucción del LCA.
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ESTUDIAR: Recomendaciones para la recuperación de la función de los isquiotibiales después de la reconstrucción del LCA: Buckthorpe et al (2020)
Este estudio fue revisado por el Dr. Teddy Willsey en la edición de febrero de 2021 de Research Reviews.
Puntos clave del estudio:
- El énfasis temprano en el fortalecimiento del cuádriceps en la rehabilitación del LCA tiene el potencial de eclipsar la necesidad de fortalecer los isquiotibiales.
- Los déficits en la fuerza de flexión de la rodilla pueden desempeñar un papel importante en la nueva lesión del LCA y deben medirse con más cuidado durante el proceso de toma de decisiones para el regreso al deporte.
Bien, ¡profundicemos en el resto!
Antecedentes y objetivo:
Se han informado déficits considerables en la función de los isquiotibiales en el período postoperatorio temprano después de la reparación del ligamento cruzado anterior (LCA), así como en el período de regreso al deporte (RTS).
El objetivo de este artículo fue discutir alteraciones importantes de los músculos isquiotibiales después de la reconstrucción del LCA (ACLR), considerar sus implicaciones para el diseño del programa y guiar a los médicos sobre cómo aplicar esta información.
Métodos:
Los autores escribieron un artículo de revisión utilizando 217 artículos sobre una variedad de temas sobre ACLR, lesiones de los isquiotibiales y las extremidades inferiores. El artículo proporcionó una plantilla de muestra para la rehabilitación de ACLR, un ejemplo de progresión periodizada mediante la prescripción de ejercicio y citas extensas de una variedad de artículos con distintos niveles de evidencia.
Resultados:
El uso de injerto de tendón de la corva en ACLR puede resultar en una inhibición neuromuscular crónica y déficits persistentes de fuerza de los isquiotibiales más pronunciados durante la activación excéntrica que concéntrica. A los 6 meses después de la operación, el 67% de los pacientes con injerto de tendón rotuliano tenían un índice de simetría del miembro flexor de la rodilla (LSI) promedio >90%, mientras que sólo el 46% de los pacientes con injerto de tendón de la corva lograron esta simetría.
La evidencia sugiere que el entrenamiento con músculos de mayor longitud puede producir ganancias de fuerza y cambios en la arquitectura muscular similares al entrenamiento excéntrico, lo que indica una utilidad potencial para el entrenamiento de los músculos isquiotibiales de mayor longitud durante la rehabilitación ACLR. Se cree que los ejercicios de los isquiotibiales realizados con la cadera flexionada tienen una mayor correspondencia dinámica con los requisitos funcionales de los isquiotibiales en la locomoción.
Limitaciones:
Este artículo sirve como una revisión generalizada. Aunque informativo, carece de un enfoque sistemático para la selección de artículos y no tiene poder estadístico.
Implicaciones clínicas:
El fortalecimiento de los isquiotibiales durante la rehabilitación del LCA debe periodizarse y planificarse cuidadosamente, exponiendo a los pacientes a longitudes, intensidades y velocidades musculares crecientes con el tiempo. Debe incluir ejercicios de longitud muscular corta y larga, un enfoque mixto de extensión de cadera y flexión de rodilla, un enfoque específico en la fuerza excéntrica en longitudes musculares largas y carrera a alta velocidad.
Es posible que sean preferibles ejercicios de longitud muscular más corta durante el período posoperatorio temprano, como la flexión de piernas en decúbito prono, la flexión de piernas de pie y el puente. Durante las etapas posteriores, el ejercicio nórdico para los isquiotibiales representa un ejercicio de músculos isquiotibiales de longitud corta centrado en la fuerza excéntrica máxima. Los ejercicios de longitud muscular más larga que incorporan patrones de bisagra de cadera entrenan las fibras proximales de los isquiotibiales en mayor grado, como el peso muerto rumano, la extensión de espalda de 45 grados y el swing con pesas rusas.
Podría decirse que el sprint es el ejercicio de isquiotibiales más efectivo que existe, ya que incorpora velocidades angulares rápidas y altas exigencias tanto de extensión de cadera como de flexión de rodilla y tiene el mayor efecto repercutido en el rendimiento deportivo de los atletas de campo.
Así es como se ve esta revisión.
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Aquí están los otros 11 estudios de nuestra edición de febrero recién publicada aquí:
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