En los últimos años, muchos estadounidenses han optado por deshacerse de los cigarrillos tradicionales en favor de los cigarrillos electrónicos. La popularidad de fumar cigarrillos electrónicos o “vapear” se atribuye en gran medida a la creencia generalizada de que, aunque libera nicotina, el vapeo es menos dañino que fumar porque carece del alquitrán y otras sustancias químicas combustibles que se encuentran en los cigarrillos y que causan cáncer.
A pesar de esta teoría, muchos expertos en salud siguen divididos sobre el tema, especialmente porque se desconocen los efectos a largo plazo del vapeo.
En mayo de 2016, la Administración Federal de Medicamentos (FDA) puso su granito de arena en el debate al prohibir formalmente la venta de cigarrillos electrónicos a cualquier consumidor menor de 18 años. La regulación fue en parte una respuesta a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. hallazgos de que el 16% de los estudiantes de secundaria usaron cigarrillos electrónicos en 2015 en comparación con solo el 1,5% solo cuatro años antes.
Pero la pregunta sigue siendo: ¿vapear es una alternativa más segura que fumar cigarrillos?
Según los resultados de la encuesta recopilados por la Universidad Queen Mary de Londres (QMUL), la respuesta es un rotundo sí. Entre septiembre de 2014 y diciembre de 2015, la universidad emitió encuestas en línea en las que pedía a los ex fumadores que evaluaran la progresión de cualquier infección respiratoria después de usar sustitutos del vapeo durante al menos dos meses.
Los resultados de la encuesta, que se publicaron en el Revista de investigación y terapia de adiccionesencontró que de los 941 encuestados:
- 66% informó una mejora en las infecciones respiratorias
- El 29% no informó cambios notables en las funciones respiratorias.
- 5% reportó empeoramiento de las condiciones respiratorias
El equipo de investigadores responsable de realizar el estudio ha sugerido que el vapeo puede impedir la progresión de las infecciones respiratorias debido a las propiedades antimicrobianas del propilenglicol, un líquido sintético contenido en los cigarrillos electrónicos. Hasta el momento, la FDA no ha proporcionado evidencia que indique que el glicol de propileno sea un peligro para la salud pública.